La lactancia materna crea un vínculo de amor que vuelve sanos, fuertes y felices a nuestros hijos. Aunque parezca algo evidente, siempre cabe resaltar los beneficios que tiene amamantar; no es en vano que la lactancia materna se ha ganado el calificativo de alimento ideal, pues ofrece una combinación perfecta de vitaminas, proteínas y grasas que tu bebé necesita; induce al desarrollo óptimo del sistema inmunológico, favorece el coeficiente intelectual y promueve un importante número de beneficios a largo plazo. Por estas razones es que resulta importante poder determinar si tu leche es suficientemente buena para tu bebé.
Calidad de la leche materna
Debes saber que la leche materna no tiene una composición estática y que sus componentes cambian durante el período de lactancia. Al principio, la leche es más acuosa y calma la sed del niño, es rica en proteínas, minerales, vitaminas hidrosolubles y lactosa. Al finalizar es de color más blanco, con más grasa y vitaminas liposolubles.
Una frase que mucho se ha repetido es: “somos lo que comemos”; en el caso de la lactancia materna ¿qué tanto se puede aplicar esa afirmación? Por supuesto que la alimentación de la madre es un aspecto a considerar; imagina la calidad de la leche que produce una mamá que basa su alimentación en comidas rápidas y comparémosla con la calidad de otra mamá cuya alimentación sea completamente vegetariana.
A diferencia de lo que podría presentarse como una respuesta lógica, existen evidencias científicas que demuestran que no hay grandes diferencias en la calidad de la leche entre los casos antes mencionados. Sin embargo, cabe preguntar ¿cuál madre está en mejor condición para alimentar a su hijo? Ante esta interrogante no hay respuesta insólita, una mamá que goce de una mejor alimentación, gozará de una buena salud y estará en mejor condición de alimentar a su hijo.
Otros aspectos importantes
Además de la alimentación, para determinar si tu leche es suficientemente buena para tu bebé, existen otros aspectos que considerar; el entorno que rodea a la madre tiene una influencia en la calidad de la leche que produce; existen factores sociales que inducen a las mamás a limitar la lactancia materna. Esto se ve en cantidades importantes en el caso de las madres trabajadoras y que afectaría el aspecto relacionado con la cantidad de tiempo que dispongas para amamantar y no con la calidad de la leche.
Asimismo no debemos dejar de lado otro factor que quizá tenga un mayor impacto en el bebé, amamantar no es sólo una cuestión de alimentación, es una acción que enlaza a madre e hijo, un acto de amor que la naturaleza ha sabido perfeccionar.
En conclusión, la leche materna tiene una naturaleza dinámica ajustada a las necesidades del niño en su crecimiento y no sólo aporta componentes nutritivos necesarios para el desarrollo infantil, sino que además existen los beneficios que proporciona el enlace entre la madre y su bebé. Es por ello que te recomendamos la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, ya que reporta múltiples ventajas tanto para el lactante como para la madre. Así pues, tomando en consideración la alimentación, el estado de salud, los factores ambientales y afectivos, si quieres saber si es tu leche suficientemente buena para tu bebé, la respuesta es: sí.