Las mujeres con un embarazo ectópico pueden presentar sangrados irregulares y a menudo tienen dolor pélvico o abdominal, en especial de un solo lado.
Los estudios para detectar un embarazo ectópico incluyen el nivel de una hormona en sangre, la gonadotropina coriónica humana (hCG), cuyo aumento puede no alcanzar los niveles normales.
La ecografía (una técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia y una computadora para crear imágenes de los vasos sanguíneos, tejidos y órganos) puede mostrar un feto u otro tejido dentro o cerca de las trompas de Falopio o la existencia de acumulación de sangre en la pelvis de la madre. Normalmente, la ecografía puede descartar la existencia de embarazo ectópico si detecta un feto dentro del útero.
La laparoscopía también puede utilizarse para diagnosticar un embarazo ectópico. Es una técnica quirúrgica en la que se inserta un tubo iluminado en el abdomen de la madre para examinar el interior de la pelvis y a menudo logra la mayor precisión de diagnóstico.