La segunda ecografía se realiza sobre la semana 20 de embarazo y es mucho más precisa que la primera. En ella se puede localizar con mayor exactitud cualquier posible anomalía del bebé ya que el líquido amniótico en esta etapa de gestación es más abundante y esto facilita el diagnóstico.
¿Qué detecta la segunda ecografía del embarazo?
Comprueba el buen desarrollo del feto revisando tanto la anatomía como la fisiología del cráneo, abdomen, columna vertebral, piernas, brazos…
Se mide de nuevo el pliegue nucal, el perímetro craneal y del abdomen, la longitud del fémur, de su cadera, los pies… e incluso se mide el hueso de su nariz.
Se toman medidas del espacio interorbitario, es decir, la distancia entre los ojos del bebé para descartar posibles anomalías.
Es más, en esta ecografía se puede verificar si está bien formado el cristalino ocular de los ojos del bebé.
Se mide también el cerebro, cuyo tamaño debe corresponder al número de semanas de gestación.
Se hace de nuevo una estimación de la edad gestacional del bebé confirmando la fecha probable de parto. Esta fecha es más precisa que la que se tomó en la primera ecografía.
Verifica el correcto funcionamiento y el estado de la placenta. Descartando cualquier complicación derivada de ésta. Para ello se revisa el flujo sanguíneo, su espesor, el cordón umbilical y la cantidad de líquido amniótico.
Se vuelve a estimar la talla y el peso del bebé en relación a las medidas y datos tomados en la ecografía.
Y lo más esperado por los futuros papás, si el bebé se deja, se puede confirmar el sexo del bebé ya que sus genitales están muy desarrollados y son bastante visibles. Existe un bajo margen de error por lo que es un dato bastante fiable.