El estrés es negativo en cualquier etapa de la vida, pero todavía lo es más si se da durante el embarazo. Sencillamente, porque durante dicha etapa la mujer debe cuidar de sí misma mucho más y también, del bebé que empieza a crecer en su interior.
También conviene destacar que aquella mujer trabajadora que sigue con su rutina laboral durante los meses de embarazo está más expuesta al estrés que aquella que está en casa y permanece ajena a los conflictos de la oficina y a los problemas laborales. Lo más importante es escuchar las propias emociones. El estrés produce irritabilidad, cansancio, cambios en el estado de humor, impaciencia e incluso, miedo. Por ello, es esencial atender a estas señales para poder encontrar un remedio a tiempo.
Es bueno adoptar unos hábitos saludables como dar un paseo por una zona tranquila de la ciudad. Respirar aire puro, hacer ejercicio físico y tener un entorno positivo desde un punto de vista emocional, todo esto es esencial para vivir los nueve meses de embarazo feliz y con ilusión.
También es muy positivo descansar más, dormir durante más horas, realizar ejercicios de relajación a través del control de la respiración y compartir las propias emociones con alguien de confianza. Por ejemplo, con la pareja. Vivimos en la sociedad de las prisas y del estrés, sin embargo, no dejes que el modo de vida de la sociedad actual ejerza ningún tipo de influencia sobre ti porque debes apostar por tu felicidad y por la de tu bebé de una forma incondicional.