Prepararse para la llegada de un bebé no es tarea fácil. Sin embargo, podemos hacer de ella algo entretenido si tenemos en cuenta ciertos requisitos importantes y lo mezclamos con el entusiasmo y ansiedad que esto genera.
En principio, debemos tener en cuenta dos cosas fundamentales: primero, elevar al máximo las condiciones de limpieza del hogar. Segundo, que el bebé debe tener su espacio propio a partir del año de vida.
Cómo elegir la mejor cuna para tu bebé
Durante los primeros meses de vida, es conveniente colocar la cuna del bebé al lado de la cama de los padres. De este modo, estarán cerca para dormirlo, alimentarlo, y cambiarlo cuando sea necesario.
Para esta etapa, lo ideal es un moisés o una cuna pequeña, a la cual se tenga acceso de ambos costados, para lograr mayor comodidad.
Luego, se puede pasar a un tamaño estándar. Las cunas estándar utilizan colchones de 1,32mts. por 0,68mts.
Si el bebé tiene su propio dormitorio, lo ideal es adquirir una cuna funcional. Esta cuna es la ideal, porque economiza en espacio y estéticamente es muy atractiva.
Tiene cajones y una superficie en la cual podremos colocar un velador, un osito de peluche, un sonajero, y los elementos que más utilicemos, por ejemplo, para higienizar al bebé.
Una excelente opción si contamos con algo de dinero para invertir, son las cunas convertibles. Suelen ser de madera y resultan muy útiles a largo plazo ya que, cuando el niño crezca, podemos quitarle los barrotes y tendremos una cama común de una plaza, lo cual ayudará mucho al bebé en el proceso de transición.
Es importante que tengamos en cuenta el tamaño que buscamos. Podremos elegir el antes mencionado de 1,32 mts por 0,68 mts o el tamaño de cama single (0,80 mts por 1,90 mts).
Los muebles más útiles para la habitación del bebé
Cambiador: un cambiador con forma de mesa, algunos cajoncitos y una almohadita puede convertirse en tu mejor aliado a la hora de cambiar al bebé. Los cambiadores son ideales porque permiten moverse con libertad y tienen compartimientos para tener a mano todos los productos que necesitaremos para higienizar al bebé.
Repisa: allí podremos poner algunos libros, un equipo de música para poner una ambientación suave, cds, un velador, ositos, juguetes y objetos que contribuyan a que nuestro bebé sea dinámico.
Cajonera: una cajonera o cómoda de entre 4 y 8 cajones nos será de gran utilidad a la hora de organizar la ropa de nuestro bebé. Allí, además de la ropa, podremos guardar toallas y sábanas que utilice exclusivamente el bebé.
Mecedora: tener una mecedora es opcional, y depende de cada madre. A la hora de dormir a tu bebé puede ser de gran ayuda gracias a su movimiento y vaivén, que ayudan a la relajación del bebé. Hay diferentes tipos de mecedoras, lo ideal es conseguir una con apoyabrazos y tapizada en tela. De este modo, será más acolchonada y no será calurosa en verano.
Decoración del cuarto del bebé
Los colores de las paredes de la habitación del niño deben ser, preferentemente, suaves y pasteles. Los colores más elegidos para pintar las paredes son: verde, amarillo, naranja y lila, todos pastel. Claro que los clásicos rosa, celeste y blanco no dejan de preferirse por los padres más conservadores.
La distribución de los muebles dependerá del espacio con el que contemos y la cantidad de muebles que hayamos decidido comprar. Lo ideal es que la cuna esté contra una pared y que tenga una ventana en forma perpendicular.
De este modo, tendremos entrada de luz y aire, pero no corrientes fuertes. Los muebles donde se encuentre la ropa del bebé y el cambiador deben estar lindantes para no tener imprevistos a la hora de cambiarlo.
Esto incluye tener un lugar para ubicar los pañales y el bolso donde transportaremos las cosas del bebé.
La pared que el bebé tenga enfrente de la cuna, puede estar decorada con algún cuadro, fotos, o móviles.
Como se comentó antes, la idea de poner un equipo para reproducir música puede ser muy funcional. A los bebés les gusta la música clásica o ambiental, y estos estilos puede contribuir favorablemente a su estimulación.