Caminar es un ejercicio físico muy beneficioso para la salud en general y también para el correcto desarrollo del embarazo, siempre y cuando la gestación no presente complicaciones.
Además de ser una forma excelente de relajar tensiones y dejar a un lado el estrés, caminando se tonifican la mayoría de los músculos y se mejora la circulación sanguínea. También, y aunque no está científicamente demostrado, se cree que favorece la circulación uteroplacentaria. Pero, antes de nada, conviene conocer algunos aspectos clave:
- Para beneficiarse de sus saludables cualidades se debe caminar a paso ligero, sin llegar nunca a forzar el ritmo, durante unos 60 minutos. Cuando no se está acostumbrada a hacer ejercicio, lo mejor es comenzar por 30 minutos y subir de forma gradual hasta una hora en las dos semanas siguientes.
- Basta con hacerlo cuatro días a la semana, pero mejor aún si se hace todos los días.
- En verano es preferible salir a caminar a primera hora de la mañana, y en invierno durante el medio día o a primera hora de la tarde.
- En cuanto al equipamiento, conviene llevar siempre ropa holgada que preserve del frío y del calor. El calzado ha de ser cómodo, con tacón bajo y ancho. Ir prevista de agua para calmar la sed y, para que se te haga el paseo más ameno, un reproductor de música.
- Para reducir el riesgo de tropiezos y caídas, conviene caminar por terrenos llanos y sin obstáculos.
- En el caso de sentir fatiga, taquicardia, o si aparecen contracciones, debe suspenderse la actividad y consultarlo cuanto antes con el ginecólogo.