Cuando llega un bebé es inevitable pensar dónde os vais a meter todos. A menudo nuestro nidito de amor está hecho solo para dos y, cuando la familia crece, nos damos cuenta de que falta espacio para darle la bienvenida al nuevo miembro. La única solución es mudarse y, mover la barrigota no es fácil, deberás tener cuidado de tí misma y de tu bebé para que no tengáis problemas o riesgos para vuestra salud.
Mudarse embarazada, precauciones que debes tener en cuenta
Si es posible, es mejor anticipar o atrasar la mudanza. Pero si no tienes otra opción, lo primero que debes hacer es hablar con tu médico sobre lo que puedes hacer o no, porque mudarse entra en la misma categoría de esfuerzo que el deporte o cualquier actividad física intensa. Cada embarazo es un mundo, algunas mujeres trabajan intensamente o hacen deporte hasta el final del embarazo, otras en cambio necesitan darse una pausa en estas actividades. La clave está en escucharte a ti misma y conocer tus límites. Además, es esencial evitar:
- Cargar cajas de cartón u otros objetos pesados.
- Agacharte y levantarte repetidamente para preparar (o deshacer) cajas. Especialmente si estás por debajo de las 37 semanas de embarazo. Es solo después de este término cuando podrás dar a luz sin que el bebé se considere prematuro, así que es mejor evitarlo.
- Hacer trayectos largos en coche. El simple hecho de estar en el camión en movimiento puede cansarte y exponerte a temblores continuos que podrían desencadenar el parto.
Conclusión: lo mejor sería no participar en absoluto en la mudanza. O bueno, puedes ir dándoles indicaciones de dónde colocar todo mientras te tomas una infusión calentita, mucho mejor ¿no?.
Si te mudas con el embarazo ya avanzado
Es bastante probable que el síndrome del nido se apodere de ti, tendrás ganas de organizar todo, de limpiar y recolocar a tu gusto para preparar la llegada de tu bebé y que todo sea perfecto. En ese caso poco podemos decirte, aunque te amarren a una silla serás capaz de ponerte a hacer cosas con el pie (el síndrome del nido es muy fuerte, de verdad). Lo que sí te podemos aconsejar es que hagas caso a las indicaciones de tu médico y que evites exponerte demasiado a productos químicos como la pintura o los productos de limpieza. Date un descanso de vez en cuando y no te fuerces a continuar si ves que ya no puedes más.
Si te mudas al inicio del embarazo
Es una etapa delicada en la que existen mucho riesgos de aborto, así que aunque no tengas un vientre enorme que te impida moverte, te será difícil hacerlo todo. Lo más habitual al inicio del embarazo es que tengas náuseas y mucho sueño, si aún así quieres colaborar en la mudanza o no te queda otra opción que hacerlo tu, adapta las tareas domésticas a tu estado.
Coloca las cajas encima del sofá o la mesa para que no tengas que agacharte mucho, puedes colocarlas sobre la cama y vas metiendo las cosas estando sentada. Empieza por lo menos pesado como la ropa por ejemplo, e intenta pedir ayuda para objetos pesados como la vajilla o los libros. También puedes contratar un servicio de mudanzas, tienen diferentes opciones e incluso podrán encargarse de preparar ellos todo. Aunque cueste más, seguro que es una gran ayuda.
Y vosotras mamás ¿Qué consejos tenéis?