Es absolutamente normal que el feto no se mueva constantemente, ya que pasa la mayor parte del día durmiendo (entre 16 y 20 horas diarias), aunque el tiempo de gestación también influye. Estos movimientos alcanzan su máxima intensidad entre las semanas 30 y 32.
Un feto realiza por término medio 200 movimientos diarios en la semana 20 que pasan a ser 375 en la semana 32, después, los movimientos se reducen a medida que el bebé crece y dispone de menos espacio en el interior del útero. La dirección y la fuerza con que realiza el movimiento también influyen en que su madre los note o no.
La mayoría de las mujeres sienten un porcentaje que oscila entre seis y nueve movimientos de cada diez que realiza el feto, y algunos de ellos pueden resultar incluso un poco molestos, sobre todo, al final del periodo de embarazo.
Futbolista o bailarina?
Es imposible adivinar si es chico o chica por sus sacudidas. Hay niñas activas que no paran ni dentro de mamá, niños que ya muestran sus preferencias por determinados deportes y niños y niñas súpertranquilos que más que dar pataditas parecen acariciar el vientre de su madre.
A medida que crece, su sistema muscular y neurológico se va desarrollando, lo que hace que sus movimientos sean cada día más perfectos y coordinados. El pequeño crea su particular tabla de gimnasia: encoge y estira brazos y piernas (patadita segura); se gira lentamente (sensación de reptar), agarra, se chupa el dedo, incluso si tiene espacio disponible realiza alguna que otra voltereta en el líquido amniótico.