Los 7 pecados capitales en el embarazo

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La lujuria, la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la envidia y la soberbia. Seguro que has oído hablar de los 7 pecados capitales, pero… ¿qué tienen que ver con el embarazo? Mucho! Voy a describirte cada uno de los pecados en la vida de las embarazadas y algunos consejos para evitar caer en la tentación.

La lujuria

No, el sexo durante el embarazo no es un pecado. A excepción de embarazos de alto riesgo o parto prematuro, donde el médico es que debe guiar a la pareja.

Por lo general, en el embarazo aumenta la líbido de la mujer por dos razones. La primera es que al estar embarazada, se puede practicar el sexo sin el temor a quedar en estado. La segunda es al aumento de las hormonas. Los altos niveles de estrógeno y testosterona facilitan la excitación.

Sin embargo, con el aumento del apetito sexual, algunas mujeres y sus parejas tienen miedo de tener relaciones durante el embarazo, incluso creen que pueden lastimar al bebé. Esto no tiene sentido, el bebé está muy bien protegido en el interior del útero. Es muy saludable para la pareja mantener relaciones, sólo es necesario buscar nuevas posiciones y ajustarse a ellas a medida que el vientre empieza a ser más grande.

Si hay un pecado en el que les está permitido caer en la tentación las embarazadas, es este!

La gula

“Estoy embarazada, tengo que comer por dos“. Este es uno de los grandes mitos que rodean el embarazo. Estos nueve meses debes procurar comer sano, come con más calidad, no más cantidad.

Una dieta saludable durante el embarazo reduce el riesgo de complicaciones. Un aumento excesivo de peso está directamente vinculado a la salud de la madre y el bebé. No es bueno que devores todo lo que tienes a la vista con la excusa de que estás embarazada.

La avaricia

Los preparativos de la llegada del bebé, su habitación, su carrito… la lista de compras es enorme, has comprado todo lo necesario ¿o no? ¿es todo realmente necesario?

Es muy frecuente caer en el pecado de la avaricia en cuanto a las compras para el bebe, hay mujeres que no gastan, sino derrochan el dinero en cosas innecesarias sin pensar que un hijo es una carga económica considerable cuando nace el bebé y no reparan en limitarse a comprar lo justo y necesario.

Es bueno recordar que después del nacimiento del bebé, los gastos se incrementan, así que, pensar en ahorrar es de tener sentido común. No malgastes el dinero en cosas innecesarias, aunque también puedes darte el lujo de un capricho de vez en cuando.

La pereza

Bien, ya sabes que el embarazo da sueño, especialmente durante el primer trimestre. Pero eso no es excusa para estar durmiendo o estar tumbada en el sofá todo el día. Hay que practicar ejercicio para prevenir o reducir malestares propios del embarazo.

Es muy recomendable que hagas algo de actividad física a diario, siempre guiada por profesionales, por lo tanto, antes de ir a correr o inscribirte en un gimnasio, consúltalo con tu médico. Sólo él puede indicarte el ejercicio más adecuado acorde a tu estado de salud gestacional.

La ira

Durante el embarazo se tienen muchos altibajos emocionales, tan pronto estás saltando de alegría o llorando de la emoción, que todo te molesta y te irrita. Esto se lo debes a las hormonas.

Es muy normal que estés más sensible, llores por cosas sin importancia y pierdas el control explotando con gritos o rabietas. Te estás preparando para asumir un nuevo papel (ser mamá), que puede causarte inseguridad.

Es muy importante saber controlar los cambios de humor y centrarte en ti misma y tu bebé. Para relajarte, acaricia tu vientre y habla con cariño a tu bebé. Esto te reportará tranquilidad y bienestar.

La envidia

La mayoría de las mujeres desean estar siempre bellas. Sin embargo, durante el embarazo, envidian al resto de mujeres por su físico. Esta preocupación no es nada buena y llegan a obsesionarse con su nuevo aspecto.

Esta obsesión puede provocar que la embarazada sufra pregorexia. Es un tipo de anorexia en mujeres que temen al aumento de peso en el embarazo, porvocándose un desorden alimenticio.

Otra obsesión es la posible deformidad del pecho después de la lactancia, y por ello, deciden no dar el pecho a sus hijos.

La cultura de la perfección y la preocupación de conservar la relación con la pareja después del nacimiento del bebé “Va a pensar que soy fea” “Después no me va a desear”… estos pensamientos hacen que las embarazadas se sientan inseguras con su aspecto físico.

Por lo tanto, es muy importante que tomes conciencia de que el embarazo es un proceso que implica muchos cambios físicos que con una dieta saludable, ejercicio y algunos cuidados puedes rápidamente volver al físico de antes de quedar embarazada.

La soberbia

Estás embarazada y te sientes la mujer más importante del mundo. Te has convertido en el centro del universo donde quieras que vayas.

Está claro que el embarazo es algo maravilloso y merece ser celebrado y vivido intensamente. Pero siempre es importante recordar que además de madre, también eres esposa, hija, amiga…

Las mujeres que se sobreestiman durante el embarazo, cuando nace el bebé, corren el riesgo de sufrir depresión posparto. Cuando su hijo llega al mundo no lo asimila fácilmente. En ese momento, la mujer pierde toda la atención que ha recibido y ahora la recibe el bebé. Por lo tanto, ante la mínima señal, hay que pedir ayuda a familiares y profesionales para prevenir el desarrollo de depresión después del parto.

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