La placenta es un órgano asombroso que se forma y crece a partir de una capa del óvulo fecundado. Estas células se implantan en la pared del útero, aproximadamente 12 días después de que el óvulo es fecundado, pero la placenta no está completamente formada y en pleno funcionamiento hasta la semana 12 de embarazo.
Al final del embarazo es aproximadamente del tamaño de un plato de comida y de aproximadamente 2cm de grosor y se parece mucho a un órgano del cuerpo, algunas personas lo comparan con el hígado humano.
La placenta actúa como un colador, llevando oxígeno y nutrientes del cuerpo de la madre al bebé y absorbiendo el dióxido de carbono y los materiales de desecho del bebé en el cuerpo de la madre para su eliminación.
La placenta permite que la mayoría de sustancias del torrente sanguíneo de la madre se filtren en la corriente sanguínea del bebé. El alcohol, nicotina, cafeína, medicamentos y virus como la rubeola y listeria puede entrar en la sangre del bebé y afectar su crecimiento y desarrollo.
Sabías que…
Al final del embarazo, la placenta tiene un flujo de sangre de alrededor de 600 milímetros por minuto.
Muchas mujeres que dan a luz en el hospital, piden llevarse la placenta a su casa para enterrarla bajo un árbol, como algo ceremonial.
En algunos países asiáticos se cree que cocinar y comer la placenta da nutrientes esenciales a la madre para la recuperación y para prevenir la depresión post-parto. Es muy rica en hierro y zinc, así que puede haber algo de verdad en esa creencia.