Dar el pecho no sólo beneficia a la salud de tu bebé, sino también a la tuya, ya que, entre otras ventajas, la lactancia natural reduce considerablemente el riesgo de aparición de tumores en el pecho.
Son muchos los estudios que confirman esta relación. El más conocido afirma que amamantar a los hijos entre 6 y 24 meses durante la vida reproductiva de una mujer puede reducir el riesgo de sufrir cáncer de mama entre el 11 y el 25%.
Al parecer, la leche materna contiene unas sustancias que protegerían a los tejidos mamarios. Hay que tener en cuenta, además, que durante la lactancia, se suprime la ovulación y se reduce el nivel de estrógenos, dos factores que disminuyen el riesgo de este tipo de cáncer.
También podría influir el hecho de que, al dar el pecho, se eliminan ciertas secreciones que se acumulan en la mama y que, con el tiempo, podrían dar lugar, en algunos casos, a la aparición de tumores.
Sin embargo, si bien la lactancia materna se trata de un factor de protección importante, no evita la enfermedad al 100%. El cáncer de mama es una enfermedad en la que intervienen muchas variables, algunas de ellas desconocidas.