El sobrepeso del embarazo repercute sobre tus, ya de por sí, sufridos pies que, sobre todo a última hora de la tarde se hinchan y empiezan a doler.
Para mantenerlos en forma y prevenir estas molestias conviene que andes descalza por casa, con unos calcetines de algodón. Si vives en la playa, aprovecha los días de buen tiempo para andar descalza por la arena de la orilla.
Es recomendable que des largos paseos y que te sientes y duermas con los pies un poco elevados. Date diariamente un masaje, en sentido ascendente, con un producto específico para relajar y refrescar los pies y las piernas.
Para reducir la hinchazón resultan muy efectivos los baños alternos de agua caliente y fría, terminando siempre con agua fría.