Por lo que su deficiencia en este período puede provocar daños como la espina bífida, una malformación del tubo neural (estructura de la que se origina el sistema nervioso central) del feto que puede ser mortal, y defectos en la ubicación de las células del cerebro, lo que puede acompañar al bebé toda su vida, produciendo deficiencia del aprendizaje y disminución de sus capacidades mentales.
De hecho hoy se investiga si el déficit de esta vitamina perteneciente al grupo B también es un factor que aumenta el riesgo de osteoporosis, artritis reumatoide y Alzheimer. Por lo que su consumo adicional adquiere real importancia cuando se presentan bajos índices de ácido fólico en el organismo de las futuras madres.
ACIDO FOLICO
Por ello, lo mejor es prevenir y si quedar embarazada está dentro de los planes a corto y mediano plazo, es necesario consumir como mínimo 600 microgramos de ácido fólico al día y mantener esa cantidad durante el embarazo.
Y como muchas veces el ser madre no se planea, en general toda mujer en edad fértil debería asegurarse de que su consumo no baje de 400 microgramos diarios.
Por ejemplo, una taza de lentejas aporta un total de 362 microgramos de ácido fólico, en tanto, una taza de palta, entrega 93 microgramos de esta vitamina esencial. Siendo las legumbres, las espinacas y las lechugas, algunos de los alimentos que más aportan a la ingesta diaria.
Aunque si la decisión es tomar suplementos de ácido fólico, la absorción será mayor. Los cuales es mejor consumirlos en ayunas a primera hora del día.
