El carácter y la personalidad del futuro bebé

bebe utero

Parte del carácter y la personalidad del futuro bebé se hereda genéticamente. Si bien es sabido que mayormente está influenciado por el entorno, la actividad hormonal también tiene mucho que ver. ¿Pueden las hormonas generar niños más optimistas o pesimistas, más o menos inteligentes?

Varios autores confirman que las hormonas y las sustancias químicas que pasan a la placenta influyen poderosamente en el cerebro del pequeño, hasta tal punto que la lectura, la comprensión o la resolución de problemas matemáticos dependen de las hormonas maternas durante el embarazo.

Ni que comentar tienen los efectos nocivos del tabaco y del alcohol en este casi indefenso cerebro. Las emociones intensas, así como la fatiga, el estrés o las excesivas preocupaciones también pueden influir en el cerebro del feto.

Todas las sensaciones que relacionamos con estados como la ansiedad, la depresión y la excitación se inician en el hipotálamo. Si una futura mamá se asusta con frecuencia, el hipotálamo ordena al sistema nervioso autónomo que acelere el ritmo cardíaco, dilate las pupilas y eleve la tensión sanguínea, a su vez, el sistema endocrino recibe la señal de aumentar la producción de neurohormonas que, al llegar al torrente sanguíneo, modificarán la química del pequeño.

Un niño con el sistema nervioso sobrecargado es muy excitable, intranquilo, nervisos e hiperactivo. Esto ocurre en el útero porque el niño está recibiendo las mismas hormonas que produce la madre. Ahora queda demostrar si este niño reaccionará de la misma forma fuera del útero materno.

El sentido moral del bebé

Los expertos sostienen que el bebé nace sin sentido moral, es decir, que no son capaces de distinguir lo que está bien de los que está mal hasta que se socializan y reciben educación paterna en este sentido.

Sin embargo, una reciente investigación afirma lo contrario. Los bebés nacen con un código ético embrionario. En el estudio pusieron a bebés de seis meses ante distintas situaciones para que eligieran entre personajes que obraban bien o mal. La mayoría de los niños elegían a los peluches u objetos que se habían comportado correctamente, lo que ha llevado a sus autores a concluir que los recién nacidos vienen al mundo con unas nociones básicas de lo que está bien y lo que está mal.

Cómo será su carácter

El ego es el resultado total de lo que, como individuos, pensamos y sentimos sobre nosotros mismos. Todas las fuerzas, impulsos, deseos e inseguridades intervienen en su formación. Por eso, en cuanto el niño es capaz de sentir y recordar, su ego ya ha comenzado su formación.

El ego del niño intrauterino comienza a funcionar en algún momento del segundo trimestre, pues, en dicho período, el feto ya ha alcanzado la madurez necesaria. A estas alturas del embarazo, su sistema nervioso está en condiciones de trasnmitir sensaciones a los centros cerebrales superiores.

Y visto esto, queda de nuevo demostrado que todas las vivencias y sensaciones, entre muchos más factores externos e, incluso, el estado de ánimo de su madre durante el embarazo, influyen, de algún modo, en la formación de su carácter y su personalidad.

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