En los últimos meses de gestación, deberías aumentar los aportes de calcio, tomando muchos lácteos (leche, yogur, queso…). Durante el tercer trimestre el bebé retiene unos 200-250 mg al día de calcio, ya que es entonces cuando tiene lugar el máximo crecimiento y desarrollo óseo.
Pero además de tomar alimentos ricos en este mineral, como los productos lácteos, el brócoli o la coliflor, debes facilitar su absorción con vitamina D, presente en la yema de huevo. Esta vitamina se puede formar en el organismo gracias a los rayos solares: basta unos minutos cada día al sol para que el organismo fabrique suficiente cantidad.
Ahora los requerimientos de yodo son más elevados. Si en el tercer trimestre y en la lactancia hay un déficit de este mineral, no se produce el correcto desarrollo cerebral del bebé. No te olvides de la sal yodada, aunque tendrás que tener cuidado a la hora de salar los alimentos.
El parto va a suponer un gran esfuerzo para tu organismo. Siempre conlleva importantes pérdidas de sangre, por lo que debes incrementar el consumo de alimentos ricos en hierro, como la carne, los cereales integrales y las legumbres.
Como necesitas mucha energía, deberás tener buenas reservas: en los días previos al parto te interesa tomar platos preparados con pastas integrales o arroz y desayunar lácteos (leche o yogur) con cereales integrales.