Valora el estado de salud del bebé mediante el registro de la variación cardiaca del feto y de las contracciones maternas. Para ello, se colocan dos transductores sobre el abdomen de la madre, que son los que van a realizar los registros, que irán reflejándose en una gráfica sobre un rollo de papel continuo, para después ser interpretados por el ginecólogo. Se realiza en el embarazo, pero sobre todo es muy útil en el parto.
¿Qué detecta la monitorización?
La frecuencia cardiaca del bebé (sirve para valorar el grado de bienestar fetal), los movimientos fetales y las contracciones uterinas cuando se producen. estos parámetros sirven al especialista para estudiar la situación durante los días previos al parto y en el mismo momento del nacimiento del niño.
¿A quiénes hacen la monitorización?
En el embarazo se realiza a todas las mamás gestantes cuando se acerca el momento del parto. Esta prueba dura unos 20 minutos.
¿Cuándo se hace la monitorización?
Se realiza, de forma rutinaria, a partir de la semana 40, pero en los embarazos de riesgo no hay una fecha determinada. El ginecólogo, según como evolucione la gestación, determinará cuándo.