En el seno materno, la visión se desarrolla de manera muy lenta, porque el ambiente es muy sombrío. Durante este tiempo, lo que más importancia tiene para la visión, así como para el resto de las estructuras, es albergarse en el lugar adecuado para el momento en que se produzca el nacimiento. El recién nacido necesitará un tiempo, más bien largo, para que sus ojos puedan verde manera perfecta.
Da volteretas
El desarrollo del sistema vestibular, situado dentro del oído interno, se completa después del primer trimestre de gestación. Gracias a él, el feto se pone boca arriba o boca abajo sin experimentar vértigo ni movimientos bruscos en su corazón. Hacia el sexto mes, este sistema será totalmente operativo y permitirá que el bebé se acomode dentro del útero.
Infla y desinfla el tórax
El feto no sólo se conforma con mover la boca, los brazos, las piernas, la cabeza y los ojos. Dentro del útero, infla y desinfla su tórax como si respirara, pero no es un anima! marino, ya que no respira dentro del agua. Entonces, ¿qué es lo que hace? Se trata de movimientos de simulación respiratoria, que no sólo favorecen la maduración de sus pulmones, sino que además constituyen la antesala de ensayo perfecta para su gran salida a la vida aérea, en el momento de su nacimiento.
Sus primeros pises
El acto de orinar constituye un buen entrenamiento para hacer funcionar su recién estrenado sistema digestivo. Aprovechando la ingestión del líquido amniótico que lleva a cabo y de las sales minerales que éste contiene, sus intestinos comienzan a funcionar, aunque retendrá su primera caca -el meconio (una sustancia negruzca y pegajosa)- hasta después del nacimiento, por regla general. También los riñones empiezan a llevar a cabo los primeros ensayos de filtración transformando el líquido que traga en orina incolora. Son sus primeros pises.