Distintas alteraciones en el embarazo pueden hacer que tu médico plantee la necesidad de realizarte una cesárea antes del parto. En este caso, tu hijo vendrá al mundo en la semana 38 de gestación. Las causas más comunes que lo recomiendan son:
- Cirugía uterina previa: si te han practicado dos o más cesáreas con anterioridad o alguna otra intervención ginecológica que haya dejado cicatrices en tu útero.
- Placenta previa oclusiva: en este caso, la placenta se sitúa entre el feto y el orificio del cuello uterino, obstruyendo el canal del parto e impidiendo que el niño salga por el canal vaginal natural.
- Mal posicionamiento fetal: si el bebé está de nalgas, de cara o en posición trasversal.
- En casos de embarazo múltiple en que uno de los niños está colocado de nalgas.
- Si la madre padece una infección vaginal en fase activa, como el virus del papiloma humano o el VIH.
- Si hay distocias en el canal del parto que supongan anomalías en la vagina, la vulva o en el propio canal.
- Ante enfermedades graves de la madre, como hipertensión o algún tipo de cardiopatía grave.
- Desproporción cefalopélvica: cuando hay una desproporción evidente entre el tamaño de la pelvis de la madre y el perímetro cefálico (cabeza) del niño, que dificulta e incluso podría impedir su paso por el canal del parto.
