Los cambios hormonales que se producen durante la gestación también afecta a piel y al olor corporal. Por eso, las embarazadas deben prestar mucha atención a su higiene personal.
Con el embarazo, especialmente en los últimos meses, se produce un aumento de la secreción del las glándulas sudoríparas. Para estar bien aseada, puedes ducharte a diario, incluso más de una vez al día en verano, con agua tibia y jabón o gel neutro. Después es importante que te apliques una crema hidratante, que te ayudará a mejorar la elasticidad de la piel y a prevenir las estrías.
Puede que prefieras el baño a la ducha, aunque el baño no está contraindicado, es poco aconsejable durante los primeros meses, sobre todo porque las embarazadas suelen tener la tensión baja y el agua caliente puede llegar a bajarla aún más y causar incluso un lipotimia. En el caso de haber expulsado el tapón mucoso al final del embarazo, el baño está totalmente contraindicado por la posibilidad de infecciones.
En
aumento del flujo vaginal es normal, éste suele ser de color blanco, sin mal olor. Puedes usar
salvaslips, siempre que no te produzcan irritación en la piel, o, mejor aún, en vez de usar
salvaslips puedes optar por cambiar tu ropa interior con mayor frecuencia (2 o 3 veces al día), usa ropa interior de algodón.
Cuando el flujo vaginal es denso, como el yogur, tiene mal olor y es acompañado de picores vaginales, debes consultarlo con tu médico, pues indica que puedes tener infección vaginal por hongos.
También debes mimar de forma especial tu higiene bucal. Los cambios en la composición de la saliva y la descalcificación predisponen a la caries, y es primordial lavarse muy bien los dientes tras las comidas.