Toda embarazada las sufre: al principio muy leves, después quizás más molestas. Pero son necesarias y raras veces patológicas. Aprender a reconocerlas te ayudará a estar más tranquila.
La tripa se endurece durante 30-40 segundos, puede cambiar de forma y, si presionas el abdomen, lo notas muy tenso, tanto que apenas puedes hundir los dedos. Ocurre varias veces al día. Es una contracción. El útero debe ir ejercitándose a lo largo del embarazo para permitir el nacimiento de tu hijo, Para ello, se contrae y se relaja sin pauta ni ritmo fijos.
Tipos de contracciones
Los especialistas distinguen varios tipos de contracciones en función de su intensidad y frecuencia y estas, lógicamente, varían a medida que avanza la gestación. Puedes oírles hablar en estos términos:
Contracciones de tipo A: aquellas de intensidad tan baja que no las notarás ni tú y puede que tampoco tu ginecólogo. Ocurren hasta la semana 30 de embarazo, que es cuando tu útero ocupa la posición baja del vientre, es decir, del vello del pubis al ombligo. Son muy frecuentes, puedes tener hasta 6 al día.
Contracciones de tipo B o de Braxton Hicks: empezarás a notarlas claramente desde el sexto mes de embarazo. Son algo más intensas, pero no dolorosas. No invaden todo el útero, sino que abarcan solo algunas zonas, y podrás tener hasta 10 diarias. Si son más molestas y frecuentes de lo normal, consulta a tu ginecólogo.
Contracciones de tipo C o patológicas: se dan en un 6-8% de los casos. Son mucho más fuertes, molestas y peligrosas ya que, si no se inhiben, pueden concluir con un parto pretérmino. Modifican el cuello del útero y son parecidas a las de la primera fase del parto. El especialista prescribirá fármacos para frenar el proceso y te ordenará guardar reposo, pudiendo requerir incluso ingreso hospitalario.
¿No duelen?
Las contracciones no suelen doler, especialmente en el primer semestre cuando apenas se notan, pero pueden resultar molestas en las últimas semanas, sobre todo si has hecho un esfuerzo físico considerable.
Al ritmo… nunca
Puedes llegar a notar hasta una contracción de Braxton Hicks cada hora, pero más de tres por hora no es normal. Esta es una cifra que debe servirte como mera orientación.
Lo más importante es que las contracciones fisiológicas, las normales, carecen por completo de ritmo y, por tanto, podrás sentir dos o tres en media hora y no notar ninguna más hasta varias horas después, o incluso el día siguiente.
Estímulos directos
Estos son algunos de los factores que pueden desencadenar un mayor número de contracciones:
- Esfuerzos físicos: andar deprisa, correr, levantarte de forma brusca, cargar peso… Aún así, ten en cuenta que no todas las mujeres reaccionan igual a estos estímulos.
- Esfuerzo psíquicos: discusiones fuertes, situaciones de estrés por el trabajo, enfermedad de algún familiar… Todo lo que mantenga un exceso de preocupación en tu cabeza puede desencadenar incluso más contracciones que la actividad física.
- Infecciones: sobre todo urinarias y vaginales, pero también otras patologías pueden influir directamente sobre la actividad de tu útero.
Acude al médico si…
- Tienes más de 24 contracciones al día, duran más de 40-50 segundos y no desaparecen con el descanso.
- Antes de la semana 37 de gestación notas contracciones frecuentes con ritmo, es decir, que se repiten regularmente. Puede significar una amenaza de parto pretérmino.
- Ante el mínimo esfuerzo tienes contracciones repetidas.