La piel del bebé está llena de inocencia. Es suave, frágil y sensible, tres razones suficientes como para tener en cuenta que necesitan nuestra máxima atención. Por todo ello, es importantísimo saber cómo cuidar la piel del bebé recién nacido.
Su fragilidad
La piel del bebé no le permite defenderse adecuadamente frente a los agentes externos. En el recién nacido, la epidermis (capa más externa de la piel) contiene muy pocos melanocitos, que son las células encargadas de la pigmentación.
Esto explica por qué la piel del bebé es blanca y muy sensible a los rayos solares. Deberás ofrecerle una buena protección diaria al menos hasta el año de edad, luego podrás aplicársela solo cuando vaya a exponerse al sol directamente.
Utiliza productos adecuados
Cuando se le aplican productos al bebé, su concentración en el cuerpo es más importante que en los adultos. Por tanto, existe mayor riesgo de toxicidad si el producto no es el adecuado o si contiene sustancias químicas nocivas o alcohol.
A esto se le suma que las glándulas sudoríparas y sebáceas del bebé aún no cumplen su función de manera eficaz. Con el tiempo madura y es capaz de crear una película protectora, pero de momento necesita nuestra ayuda.
Mantener el Ph adecuado en la piel del bebé le ayuda a luchar contra el desarrollo de los microorganismos.
Además de esto, las glándulas sudoríparas, aún inmaduras en el bebé, se concentran en las palmas de las manos, los pies y la cabeza. Por lo tanto el bebé regula mal la temperatura y constantemente sufre de mucho calor o mucho frío. Elegirle la ropa adecuada le ayudará a solucionar este problema.
Cómo cuidar la piel del bebé recién nacido
• El baño debe ser diario. Independientemente de si se le ha caído o no el cordón umbilical. El baño no debe durar más de 2-3 minutos.
• La temperatura correcta del agua debe estar entre los 32ºC los 36ºC.
• La zona genital debe limpiarse de delante hacia atrás si es una niña. En el caso de los niños, no debes forzar la piel del prepucio (es suficiente con bajar hasta donde sea posible y limpiar suavemente).
• Después del baño aplícale una crema hidratante o aceite corporal especial para bebés. Utiliza siempre jabón neutro y poca cantidad. Seca su piel delicadamente prestando especial atención a los pliegues de la piel. Nunca uses bastoncillos para los oídos.
• La temperatura ambiente del cuarto de baño debe estar entre los 20ºC y los 22ºC.
• Las uñas deben cortarse de forma recta, sin picos y con una tijera de punta redondeada especial para bebés. Si tienes problemas para cortárselas porque no para quieto, prueba a hacerlo cuando esté dormido.
• Las legañas de los ojos hay que lavarlas con suero fisiológico y siempre usando una gasa para cada ojo. Si padece este trastorno de legañas y el problema persiste durante más de 2 días deberías acudir al pediatra.
• Los moquitos de la nariz son muy molestos y no le dejan descansar ni comer bien. Para su alivio, límpiale las fosas nasales con suero fisiológico.
• En cada cambio de pañal puedes aplicarle “pasta al agua” para evitar posibles irritaciones.
• Siempre lávate las manos antes de amamantar a tu bebé o preparar el biberón y también después de cada cambio de pañal.
• Viste a tu bebé con ropa holgada para que pueda moverse con total libertad y así evitar irritaciones en su piel.
• No le pongas cadenas en el cuello pues pueden provocarle irritación, pinchazos e incluso asfixia.
• Lava la ropa de tu bebé con detergente neutro (para prendas delicadas) y evita usar suavizante y lejía.