Análisis de sangre durante el embarazo
A lo largo de la gestación, van a realizarte al menos tres análisis de sangre, uno por cada trimestre. El primero determinará tu grupo sanguíneo y el factor Rh, para ver si existe compatibilidad con el padre. Si el de la madre es negativo y el del padre positivo, el ginecólogo encargará pruebas adicionales para confirmar la incompatibilidad y adoptar el tratamiento adecuado a cada caso. Esta analítica también detectará el nivel de hierro y de azúcar en sangre y la existencia de anticuerpos contra la rubéola, toxoplasmosis, hepatitis y VIH.
También en el primer trimestre (entre la semana 10 y 12 de embarazo) te realizarán el triple screening, un análisis de sangre que determina la presencia de dos hormonas, la betagonadotropina (BHCG) y el estriol no conjugado (ENC), además de la alfafetoproteína (AFP), una sustancia producida por el hígado del feto.
Cotejando las cifras de estos análisis con la edad de la madre, se puede calcular el riesgo de anomalías cromosómicas. Si los niveles son elevados, podrían existir defectos del tubo neural y, si son bajos, un riesgo elevado de trisomía 21, es decir, síndrome de Down. Para ajustar aún más el diagnóstico de este síndrome, esta prueba se hace al mismo tiempo que la medición del pliegue nucal, que puede captarse a través de la ecografía.
La tercera analítica, el test de O´Sullivan, tendrá lugar entre las semanas 24 y 28 de embarazo, cuando tienen lugar los cambios hormonales que afectan a la producción de insulina. Mediante este test se podría descartar la presencia de glucosa en la sangre. Este análisis tiene como objetivo detectar precozmente la diabetes gestacional, un problema que, tratado a tiempo con dieta o, si es necesario, con medicación, no ocasiona problemas de salud, pero que si no se normaliza, puede provocar que el bebé crezca más rápido de lo aconsejado y se produzca un parto prematuro.
Análisis de orina
Con uno por cada trimestre de embarazo se pueden detectar infecciones, trastornos de tipo renal y diabetes. Las infecciones del tracto urinario son comunes durante el embarazo, pero diagnosticadas a tiempo (lo sabremos si el número de leucocitos está elevado) y tratadas en la forma adecuada, no supondrán ningún riesgo para el bebé.