Con la realización de este método de exploración, la amniocentesis nos va a permitir diagnosticar cualquier problema cromosómico, enfermedades del sistema nervioso, enfermedades hereditarias y anomalías de los cromosomas sexuales.
Esta prueba no es obligatoria, podemos negarnos a su realización. Nos la va a recomendar el tocólogo siempre y cuando la embarazada supere los 35 años de edad, cuando existan antecedentes de familiares con alguna anomalía, la más común es la trisomía 21 (Síndrome de Down) o cualquier otra causa que recomiende su realización.
Consiste en la extracción de líquido amniótico con el que se va a obtener un cariotipo del feto. Se realiza después de la semana 16 para que haya líquido suficiente y en él bastantes células del bebé.
Se aplica anestesia local y durante todo el proceso se está en continua observación con ayuda de la ecografía para que no haya ningún problema y no le pase nada al bebé. Se extrae entre 15 y 20 ml. de líquido.
La amniocentesis es prácticamente indolora y se hace en muy pocos minutos. El riesgo de aborto sólo sería del 0,5 o el 1%. Después, el tratamiento a seguir es de 2 días de reposo absoluto en cama y luego unos días de reposo relativo si se ve necesario.
Los resultados los obtendremos en 2 o 3 semanas. En el caso de que exista cualquier anomalía nos dará tiempo a actuar. Dependiendo de la escala de gravedad de esta anomalía tendremos que tomar ciertas decisiones, siempre asesoradas por un profesional, como plantearse la interrupción voluntaria del embarazo antes de la semana 24 que estaría dentro de la legalidad.