El embarazo afecta de una forma mucho más clara y directa a cualquier mujer. Y es que, es ella la que vive este proceso de cambio en primera persona, es decir, es la futura mamá quien vive el proceso de gestación y el parto. Además, también sufre la influencia de su embarazo en su carrera profesional de una forma mucho más clara que el hombre.
Sin embargo, afortunadamente, cada vez existe una mayor conciencia social en relación con la igualdad de género. Por ello, ellos están cada vez más implicados en el proceso de embarazo, cuidan especialmente de su pareja, se preocupan por ella, y van planificando todos los detalles de la llegada del bebé. Es decir, no toman la paternidad como una cuestión futura sino presente. ¿Cómo pueden vivir ellos este proceso de una forma optimista?
En primer lugar, pueden aprovechar el tiempo para informarse. Es decir, leer libros sobre paternidad, leer blogs sobre bebés, escuchar la experiencia de otras personas que ya han pasado por lo mismo.
El orden de prioridades a nivel vital debe de cambiar. En el momento en que un hombre sabe que va a ser padre, tiene que replantearse sus valores para dar más importancia a la familia que al trabajo. En este sentido, un trabajo de muchas horas, muchos viajes fuera de casa y muchas obligaciones, implica poder compartir poco tiempo con el futuro bebé.
El futuro papá debe de cuidar mucho de su pareja. Ilusionarse con los cambios físicos que ve en ella. Debe de ser testigo directo de las visitas al ginecólogo, estar presente en la primera ecografía, asistir a los cursos de preparación al parto, y por supuesto, también estar presente en el momento de dar a luz para transmitir tranquilidad y confianza a su pareja…
Ser padre es una de las experiencias más bonitas de la vida, sencillamente, porque a partir de ese momento, el bebé se convierte en un motor de ilusión. Pero también, es una oportunidad de madurez personal puesto que cualquier padre se preocupa de una forma especial por su hijo.
